Ir a un motel por primera vez puede sentirse como una mezcla entre emoción y nervios, pero con la preparación correcta todo fluye mucho mejor. Tener tu propio “check list express” te salva de olvidos incómodos y te ayuda a disfrutar sin estrés. Lo básico, y más importante, son los condones: nunca confíes en que el motel tendrá lo que necesitas o en que la otra persona llevará, porque ese momento no es para improvisar. Lleva tus propios condones, de preferencia varios tipos, para que puedan elegir y jugar con las sensaciones. También es buena idea llevar tu identificación, ya que en algunos lugares pueden pedirla para acceder o validar la reservación, así que mejor prevenir. Otro punto que muchos olvidan: la higiene. Un pequeño neceser con toallitas húmedas, cepillo de dientes, desodorante, perfume y gel antibacterial puede hacer la diferencia entre una experiencia meh y una que te deje con ganas de repetir. Si planeas quedarte un rato, mete también algo cómodo para cambiarte después o una muda ligera. No subestimes el poder del ambiente: prepara una playlist con buena vibra, algo que te relaje y ayude a romper el hielo (hay apps y listas en Spotify hechas justo para eso). Y si te da pena o nervio elegir un lugar, ve a la segura con opciones que sean confiables y accesibles, como el Motel Gran Vía en Guadalajara, Jalisco, que es ideal para quienes buscan un espacio limpio, cómodo y sin complicaciones, perfecto para no agregar estrés a la ecuación. En resumen, tu kit motelero no tiene que ser enorme, solo bien pensado: protección, higiene, ambiente y confianza. Con eso basta para que la experiencia sea fluida, divertida y cero incómoda. Porque cuando todo está listo, lo único que queda es relajarte y disfrutar del momento.