Si alguna vez te has sentido rarx, incómodx o fuera de lugar después (o durante) una relación sexual, no estás solx. Aquí te dejamos ideas para practicar el autocuidado emocional antes, durante y después del sexo.

1. Inseguridades: “¿Me veré bien?”, “¿Le gustaré así?”

La presión de cumplir con ciertos estándares (de cuerpo, rendimiento o roles) puede sabotear el disfrute.

¿Qué hacer?

1. Recuerda que tu valor no se mide por tu cuerpo ni por cuánto “sabes”.
2. Céntrate en la conexión, no en la perfección.
3. Explora tu cuerpo antes de compartirlo con otrxs: conócelo, nómbralo, trátalo con cariño.
4. Rodéate de personas que te hagan sentir cómodx, no evaluadx.

Frase para ti: “Soy suficiente así como soy. Mi placer es válido.”

2. Culpa: ese fantasma que viene de la educación o el miedo

Muchas personas queer crecen con mensajes de que su deseo es “malo” o “prohibido”. Esto deja marcas.

¿Qué hacer?

1. Reconoce de dónde viene la culpa. ¿Es tuya o te la enseñaron?
2. Habla con amigxs o terapeuta si puedes. Nombrar lo que sientes lo hace más llevadero.
3. Reemplaza pensamientos negativos con afirmaciones positivas: “Esto que vivo es sano y consensuado”.
4. Recuerda que el deseo es humano y no necesita permiso para existir.

Tip: Si después del sexo sientes tristeza, ansiedad o vacío, no lo ignores. No significa que hiciste algo mal, tal vez necesitas abrazarte más.

3. Disforia corporal: cuando tu cuerpo no se siente como hogar

Para muchas personas trans, no binarias o género diverso, el sexo puede activar incomodidad o disforia.

Y eso es completamente válido.

¿Qué hacer?

1. Habla con tu pareja sobre qué partes quieres o no tocar, cómo nombrar tu cuerpo, o qué dinámicas evitar.
2. Usa ropa, luces o elementos que te hagan sentir segurx.
3. No te obligues a hacer cosas que te desconectan de ti.
4. Ten tu propio “ritual de cuidado” post-sexo: desde ponerte algo cómodo, hasta escuchar música que te calme.

Bonus: Crear un espacio seguro antes y después del acto es tan importante como el acto en sí.

4. El cuidado no se acaba cuando termina el sexo

El aftercare (cuidado posterior) es clave. Sobre todo si fue una experiencia intensa o si tocó emociones profundas.

¿Qué puedes hacer?

1. Pedir o dar un abrazo.
2. Ver una peli ligera.
3. Decirse cosas lindas.
4. Tomarse un momento en silencio sin presión.

🧴 Autocuidado también es esto: “¿Estás bien?”, “¿Te sentiste cómodx?”, “Gracias por compartir este momento

conmigo”.

5. Hablarlo todo: emociones, límites y deseos

La comunicación no mata el deseo, lo potencia. Sentirte escuchadx, respetadx y validadx es parte del placer.

¿Qué decir?

1. “Esto me hace sentir bien, esto no tanto.”
2. “No sé si estoy listx para esto todavía.”
3. “¿Podemos hacerlo a nuestro ritmo?”

Las relaciones donde puedes hablar de lo que sientes sin miedo… son las más ricas emocional y físicamente.

Tu salud emocional es tan importante como tu bienestar físico. Tener relaciones sexuales siendo parte de la comunidad LGBTQ+ puede venir con cargas emocionales únicas. Por eso, cuidarte a ti mismx, elegir bien a con quién compartes y darte permiso de sentir es una forma de resistencia, amor propio y sanación.