Aunque muchas veces nos enfocamos en el “durante”, el después también importa. Y no, no solo para ponerse la ropa y seguir con el día, sino para cuidar tu cuerpo, tu salud y tu conexión con la otra persona.

Aquí va lo que puedes (y deberías) hacer después del delicioso.

1. Hacer pipí = un acto de amor propio

Parece raro decirlo, pero orinar después del sexo es clave, sobre todo si tienes vulva.

¿Por qué? Porque ayuda a expulsar bacterias que pueden entrar durante el sexo y previene infecciones urinarias.

🔥 Dato cool: Aunque no es garantía, reduce el riesgo bastante.

2. Limpiarse (sin exagerar)

No necesitas una limpieza quirúrgica, pero una toallita húmeda, papel o una ducha rápida pueden ayudarte a sentirte fresc@.

Eso sí:

1. Nada de jabones agresivos o duchas vaginales 🙅‍♀️
2. El agua tibia y un jabón neutro (externamente) es más que suficiente.

3. Hidratación real: toma agua

Después del sexo puedes sudar, moverte mucho y hasta deshidratarte un poco (sí, en serio).

Un vaso de agua es auto-cuidado simple pero poderoso.

4. Escucha a tu cuerpo

¿Te duele algo? ¿Sientes ardor, incomodidad o fatiga rara?

Eso puede ser señal de que algo no estuvo bien. A veces solo es cansancio, pero vale la pena prestar atención.

Y si algo se repite seguido, lo mejor es consultar con un profesional de salud.

5. Un poco de “aftercare” emocional

Un abrazo, una palabra linda, una mirada tranquila.

No todo es físico: el cuidado emocional después del sexo también importa.

Te hace sentir segurx, conectadx, y evita esa sensación de vacío que a veces puede aparecer.

Resumen chill:

Hacer pipí, limpiar lo necesario, hidratarse y darse cariño.

El después no tiene que ser incómodo. Puede ser hasta lo más bonito del momento 💖